Homenaje a María Moliner en la Biblioteca Nacional
María Moliner fue un hito de su tiempo.Se formó y trabajó como filóloga en el Estudio de Filología de Aragón desde 1917 hasta 1921, años en los que colaboró en la realización del diccionario aragonés de dicha institución
/01/2021, 11:15h
La Biblioteca Nacional ha homenajeado la muerte de María Moliner, autora de “Diccionario del uso del español” en su 40º centenario. El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, afirmó en su discurso: “Me apeno de que no fuera académica cuando bien lo merecía por el trabajo que hizo, y me alegra celebrar y reconocer los enormes méritos de su obra» y además agregó “No es culpable de la RAE una cierta discriminación de mujeres sabias. Existía la tradición de no aceptar mujeres porque estaba hecha para hombres y no se concebía de otra manera. No solo le pasó a Moliner, también a Emilia Pardo Bazán que no lo consiguió pese al apoyo con el que contaba. Entonces estaba vivo el antifeminismo y machismo”.
En un acto sobrio, con las limitaciones que impone la pandemia, la vicepresidenta Carmen Calvo también ha querido dar unas palabras: “Como dijo María Zambrano, la desmemoria colectiva es una enfermedad. No nos podemos permitir no recordarla”. Para Calvo el legado de María Moliner, como el de otras tantas mujeres, “pertrecha de prestigio, legitimidad y fuerza para el trabajo que nos queda por ellas y para la igualdad de los hombres y las mujeres. Un país se la juega en sus aulas y sus bibliotecas”.
Placa del 50 aniversario de la publicación del diccionario Maria Moliner, Paniza Zaragoza, Centenoyespelta, Licencia, Wikimedia.
María Moliner fue un hito de su tiempo. Se formó y trabajó como filóloga en el Estudio de Filología de Aragón desde 1917 hasta 1921, años en los que colaboró en la realización del diccionario aragonés de dicha institución. Posteriormente se licencio en Historia con las máximas calificaciones y Premio Extraordinario. Al año siguiente entró en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, comenzando las prácticas en la Biblioteca Nacional, siendo destinada al Archivo General de Simancas, desde el que pasó en 1924 al Archivo de la Delegación de Hacienda en Murcia, ciudad en la que impartió clase, convirtiéndose en la primera mujer en hacerlo.
Durante los años 30 colaboró en la Institución Libre de Enseñanza en proyectos tan destacados como Misiones Pedagógicas, cuyos objetivos eran:
- Fomentar la cultura general
- Orientación pedagógica con visitas a escuelas para conocer su situación con la posterior celebración de una semana o quincena pedagógica y cursillos para maestros
- Convocatoria de reuniones en los pueblos para revisar la estructura del estado y sus poderes.
Su inclinación por el archivo, por la organización de bibliotecas y por la difusión cultural, la llevó a reflexionar sobre ello en varios textos como “Bibliotecas rurales y redes de bibliotecas en España” (1935).
Además, dirigió la Biblioteca de la Universidad de Valencia, participó en la Junta de Adquisición de Libros e Intercambio Internacional, que tenía el encargo de dar a conocer al mundo los libros que se editaban en España, y desarrolló un amplio trabajo como vocal de la Sección de Bibliotecas del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico, creado en febrero de 1937, en la que Moliner fue encargada de la Subsección de Bibliotecas Escolares.
Tras la derrota de la Segunda República Española, Moliner se incorpora a la Biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, llegando a ser su directora hasta su jubilación en 1970. Ese año, el Ministerio de Educación y Ciencia, acordó su ingreso en la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, en su categoría de Lazo.
En sus últimos años de vida se dedicó a pulir y ampliar su “Diccionario del uso del español” hasta que finalmente muere en 1981.