La Santa Sede declaró hace tiempo que los católicos debían ponerse estas vacunas pues según el Vaticano el que estas vacunas usen líneas celulares de fetos abortados no implica su “aprobación moral” ya que es para prevenir la Covid-19 

El Vaticano ya se pronunció hace tiempo acerca del dilema planteado por algunos católicos  en lugares como Estados Unidos y España donde se hace hincapié  en el hecho cierto de que las nuevas vacunas contra el coronavirus están elaboradas con líneas celulares derivadas en su origen de abortos y fetos anónimos de hace décadas.

Sin embargo desde el Vaticano y la Curia Vaticana lo tienen muy claro, pues si es que los católicos no pueden elegir la vacuna  “es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción”.

Y es que en España fue el propio  cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares,  quien sembró la polémica declarando a principios de  junio que “el demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas y para curaciones.

Nos encontramos con la dolorosísima noticia de que una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados”. Unas declaraciones que para algunos son muy irresponsables pero que para otros denotan un hecho que puede poner en entredicho la doctrina religiosa de millones de personas e incluso los aspectos éticos y morales de la sociedad.