La directora general del Libro del Ministerio de Cultura y Deportes, María José Gálvez, ha expresado su confianza en que todas las funciones y los contenidos de la biblioteca digital Ebiblio vuelvan a estar operativas en las próximas semanas.
El Ministerio de Cultura apostó el pasado mes de septiembre por Libranda para el soporte tecnológico de Ebiblio. Esto ha llevado a su mal funcionamiento desde hace meses.
Desde el pasado mes de noviembre, Ebiblio, el programa estatal de préstamo de libros electrónicos a través de las bibliotecas públicas no funciona adecuadamente desde que el Ministerio de Cultura y Deporte cambió el soporte tecnológico en un concurso público que está recurrido por vía judicial.
La vida de Ebiblio cambió con el inicio de la cuarentena el pasado mes de marzo ya que su demanda se incrementó un 134% y llegando hasta la cifra de 900.000 usuarios. Durante la primavera, Odilo, la empresa encargada de la ingeniería solicitó al Ministerio nuevas inversiones para soportar esa enorme presión algo que el Gobierno desatendió. Por el contrario licitó una nueva compra de contenidos utilizando el salvoconducto legal del estado de alarma, adjudicando el concurso a la compañía Libranda, principal proveedora de contenidos de Ebiblio. El problema estuvo en que no se tuvo en cuenta la experiencia y la calidad del proyecto sino los números y el precio que se ofertó, desembocando esto en el caos de la biblioteca digital del Estado.
Biblioteca del Estado, Autor: Jean-Pierre Dalbéra, Fuente, Wikipedia.
La directora general del Libro del Ministerio de Cultura y Deportes, María José Gálvez, ha expresado su confianza en que todas las funciones y los contenidos de la biblioteca digital Ebiblio vuelvan a estar operativas en las próximas semanas. Asegura que Libranda sí tiene experiencia en software y que en 2014 se encargó del soporte de Ebiblio durante un año. Añade que el concurso siguió todos los criterios de transparencia de la Junta de Contratación Centralizada del Gobierno y recuerda que los dos recursos de Odilo han sido rechazados.
Según Gálvez, estos recursos han entorpecido la transición tecnológica entre un servidor y otro. También puntualiza que la Generalitat de Catalunya no ha sido expulsada del programa Ebiblio, como han denunciado los responsables de su Servicio de Bibliotecas, sino que eligió desarrollar su propio sistema.