El líder opositor ruso Alexei Navalny ha declarado desde la cárcel una huelga de hambre para presionar a las autoridades para que permitan que su médico le visite.

El opositor ruso cumple una pena de prisión en la ciudad de Pokrov, en la provincia de Vladimir, a unos 100 kilómetros al este de Moscú. El lugar es famoso por el aislamiento psicológico y las duras condiciones para los reclusos y Navalny lo ha calificado de “campo de concentración”. El lunes denunció que corre el riesgo de ser enviado a un confinamiento solitario “parecido a una tortura” después de recibir apercibimientos por asuntos menores como “levantarse 10 minutos antes de la hora” y “usar camiseta en una reunión con abogados”.

El 24 de marzo uno de los colaboradores de Navalny, Leonid Volkov, se mostró “extremadamente preocupado” por lo que calificó como “fuerte deterioro de la salud” del líder opositor. Volkov declaró que Navalny tiene “fuertes dolores en la espalda” desde hace unos días y “no siente una pierna”. Al opositor solo le dieron dos pastillas de ibuprofeno, según dijo Volkov la semana pasada.

Según ha explicado Navalny en una publicación en su cuenta de Instagram, este miércoles se ha declarado “en huelga de hambre exigiendo que se respete la ley” y que “se me permita la visita de un médico de mi elección”. El post fue publicado a través de sus abogados.

Las autoridades penitenciarias de la provincia de Vladimir informaron la semana pasada que, según los resultados del examen médico al que Navalny (entre otros presos) se sometió el pasado 24 de marzo, el estado de salud del opositor “se califica de estable y satisfactorio”, según difundió la agencia Sputnik.

A principios de febrero, la Justicia rusa hizo efectiva una pena suspendida de tres años y medio de cárcel impuesta a Navalny en 2014, por haber violado reiteradamente los protocolos de control de su libertad condicional por el caso Yves Rocher Vostok.